__Pálpitos__

Presentación Pálpitos
Casa del Libro de Barcelona

         El poeta Rilke comentó en alguna ocasión: ¿Cómo soportar, cómo salvar a lo visible, si no es haciendo de ello el lenguaje de la ausencia, de lo invisible? Yo no puedo estar más de acuerdo con esta reflexión. En mi primer poemario: Del sentir invisible, emprendí una búsqueda de este mundo quimérico de lo invisible donde se materializan fugazmente las visiones. Y empecé a deambular por las páginas de un bosque inquietante y enigmático que me aturdió por la intensidad de sus olores, sonidos y magnéticos colores. Me adentré más y más hasta que su espesura me atrapó perdiéndome en lo recóndito, y lanzándome a la búsqueda de otros caminos todavía más sinuosos y extraños. Y he aquí donde nacen los poemas de mi libro Pálpitos. Estos cuatro pálpitos o latidos que me guiaron, en mi ciego deambular, hasta las mismísimas arterias de los cuatro elementos. Y así me encontré con el pálpito del aire, que me recogió en sus alas sin destino. El del agua, que acompañó mi sed. El de la tierra, que me meció en su entraña, y el del fuego que me devolvió mi ardor.

          Empédocles fue el primero que concibió los cuatro elementos como una unidad que forman el TODO de la naturaleza. Yo entiendo la historia de la humanidad como una constante transformación de la propia naturaleza. No puedo concebir mi evolución personal fuera de esta naturaleza. El conocimiento de uno mismo, la autocomprensión humana se ha formado partiendo de la experiencia y en medio de los elementos, y por eso aunque ni siquiera seamos conscientes de ello, vivimos inmersos en el transcurrir de estos elementos. Creo que éste es un tema apasionante que daría pie a toda una disertación sobre una historia cultural de los elementos y precisamente ahora estoy leyendo un libro: Fuego, Agua, Tierra, Aire, de los hermanos Gernot y Hartmut Böhme, que es una fuente importantísima para cualquiera que esté mínimamente interesado en este tema. Pero este no es mi espacio ni hoy es el momento. Dejo estas investigaciones apasionantes a otras voces más preparadas que la mía como por ejemplo la de Victoria Cirlot, que seguro que tiene muchísimo que decir sobre todo esto. Pero ya que he mencionado este libro me gustaría leeros los lemas debajo de los grabados en cobre del artista de Amberes: Antonius Wierinx sobre los elementos, y que aparecen en la introducción. En estos grabados los elementos gobiernan el ciclo anual.
        
         Así el elemento del aire rige sobre la primavera y el lema dice:
"Yo corroboro y nutro todo lo que la tierra creó pues nada sin mí puede vivir".
         El elemento de la tierra domina sobre el  verano, y dice:
"Así como todas las cosas surgen de la tierra, así a la tierra van a caer todos los muertos".
         El elemento del fuego corresponde al otoño. Dice:
"Todos los muertos siguen yaciendo si no son rescatados por el fuego; pues éste todo lo vivifica con su calor".
         Y por último el elemento del agua tiene a su cargo el invierno, y dice:
"Con mi humedad florecen plantas y campos, y don mío es la vida de los peces".


         El libro Pálpitos que hoy presentamos está dedicado a:

A la tierra que me acoge.
A la llama que me abrasa.
A la mar que me consuela.
Al viento que me estremece.

Y ahora me gustaría leeros un poema de cada uno de estos elementos.

Marga Clark -26/3/2003